¿Son perjudiciales para nuestra salud las prendas que vestimos?

Un estudio revela la presencia de hasta 20 veces la cantidad permitida de plomo en una chaqueta para niño.

La cadena de televisión canadiense CBC ha emitido un programa donde se analizan 38 prendas tanto de adulto como de niño de las principales plataformas de venta textil asiáticas. Entre ellas, Shein, Boohoo, Zaful o Ali Express. El estudio pone de manifiesto que en un 20% de las 38 muestras analizadas se superan los límites permitidos por la Agencia de la Salud Canadiense de metales pesados, PFAs y ftalatos. Químicos tipificados como altamente peligrosos para la salud humana por la Unión Europea. 

No es difícil llegar a la conclusión que detrás de una camiseta de algodón que cuesta 3,25€ con envío gratuito no puede haber un modelo de producción respetuoso y ético para ninguno de los actores que forman parte del proceso de transformación de la fibra.

¿Os imagináis que puede haber percibido el agricultor que ha cultivado el algodón o la mujer ( el 80% de las costureras son mujeres) que manufacturó dicha prenda?

Como hemos dicho, no es nada nuevo. El colapso del edificio Rana Plaza en Bangladesh el 24 de Abril de 2013 dejó al descubierto las malas prácticas del fast fashion. Ese fue el punto de inflexión para que la opinión pública tomara consciencia del problema y afloraran iniciativas que denuncian la continua vulneración de derechos detrás de este modelo de industria textil feroz. Fashion Revolution o Slow Fashion Next son algunos de los proyectos que trabajan para promover el mensaje y descubrir alternativas. 

Pero más allá de las condiciones laborales en origen, ¿somos conscientes del riesgo que corremos consumiendo este tipo de prendas? A primera vista podríamos pensar que una camiseta por 3,25€ es un chollo, si solo tenemos en cuenta el precio. Pero desafortunadamente el coste de apostar por este modelo textil va mucho más allá de lo que vale la prenda. 

Nosotros lo sabemos bien. Organic Cotton Colours nació en 1992 para dar respuesta a personas con afecciones severas en la piel como Sensibilidad Química Múltiple, Electrosensibilidad, Eczemas o Dermatitis. Somos conocedores que la multitud de acabados químicos aplicados comúnmente tanto al tejido como a la prenda final pueden convertirlas en tóxicas para personas con una sensibilidad muy acentuada a los químicos. Pero, si además, durante su producción no se respetan los reglamentos que restringen el uso de estos químicos, el riesgo para la salud se incrementa exponencialmente. 

De entre los modelos analizados durante el estudio de la CBC, el caso mas sonado es el de una chaqueta para niña que contiene hasta 20 veces más de plomo que la cantidad máxima permitida por la Unión Europea.


Miriam Diamont, la química ambiental encargada del estudio, pone de manifiesto que una prenda destinada a niños quienes muy probablemente chuparan las mangas, no se lavaran las manos apropiadamente y se las llevaran a los ojos supone una alarma sanitaria.

Pero vamos paso a paso. ¿Sabíais que podía haber plomo en una chaqueta? 

Probablemente no, dado que tendemos a pensar que lo que no vemos, no existe. Hay multitud de acabados textiles, invisibles a los ojos que se aplican para dotar de propiedades a los tejidos que mejoren su uso. El plomo es un metal con cualidades que incrementan la maleabilidad de los materiales sobre los que se aplica. Un químico muy práctico y a la vez extremadamente económico. Por ello se sigue usando pese a que ya existen alternativas inocuas para la salud en el mercado.

¿Cuáles son los efectos de este tipo de químicos en un ser humano sano tras una exposición continuada? 

La exposición a dosis elevadas de metales pesados, PFAs o ftalatos de forma continuada se relaciona con el desarrollo de daños en el sistema nervioso y cerebral, desordenes en el crecimiento y desarrollo en niños y adolescentes y trastornos en el comportamiento de las hormonas reproductivas. 

¿Y para aquellos que manipulan las prendas en los países de origen durante largas jornadas laborales? 

La inhalación de polvo de fibras textiles impregnadas de metales pesados entre otros químicos son los responsables del desarrollo de enfermedades como el cancer, la tuberculosis, el asma, algunos problemas reproductivos y malformaciones de los fetos, entre otras. Comunidades enteras están afectadas en países como Indonesia o Bangladesh. 

El lavado de las prendas, tanto en origen como el lavado doméstico, incrementa el problema dado que los químicos presentes en las prendas se liberan en cada colada. Llegando a ríos, mares y comprometiendo la salubridad del ecosistema, y por ende de aquellos que vivimos en él. 

Pero si tenemos en cuenta la legislación existente, ¿qué dice la Unión Europea sobre la presencia de plomo en prendas textiles? 

El 1 de noviembre de 2020 entró en vigor el reglamento REACH ( Registro, evaluación, autorización, restricción de químicos en prendas) que aplica restricciones al uso de hasta 33 sustancias reconocidas como potencialmente peligrosas, entre ellas el plomo, en las prendas textiles.

Si existe regulación al respecto, ¿cómo es posible que se comercialice dentro de la Unión Europea esta chaqueta para niño? El reglamento hace referencia a las directrices que han de seguir las producciones de las empresas en suelo europeo pero no afecta a aquellas prendas que se desarrollen en países donde la Unión Europea no tiene jurisdicción. Así pues, pese a que las prendas circulan libremente all over the word no hay una legislación global que las interpele. 

Entonces, ¿podemos hacer algo al respeto? 

Estamos seguros que sí. 

Como empresa, desde Organic Cotton Colours mantenemos la cadena de custodia del material. Esto nos permite tener un control real sobre los procesos de transformación que sigue la fibra y los elementos que interactúan con ella durante el proceso de producción. Podemos asegurar a nuestros clientes que nuestras prendas son libres de químicos. 


Además, nos mantenemos al día en el campo de la innovación aplicada al textil. En la medida que la industria avance esperamos poder ofrecer nuevas prestaciones para nuestros tejidos sin la necesidad de incluir químicos en ellos. Aplicar un acabado impermeable a un tejido sin la interacción de químicos ya es una realidad. 

Como consumidores, en nuestra mano está escoger mejor. Priorizar la calidad por encima de la cantidad. Comprar menos y apostar por producciones que se lleven a cabo en suelo europeo, donde las producciones siguen los parámetros de reglamentos y leyes específicas. 

Te lanzamos un reto. Antes de tu próxima compra plantéate: 

¿Cuál es el precio que pagaré por esta prenda?